lunes, 22 de abril de 2013

Silencio a gritos


No te pido que me quieras. Ese es un verbo muy grande, y nosotros somos demasiado pequeños para abarcarlo. Solo te pido que me dejes perderme en tu boca, que mis dedos se pierdan en tu pelo al compás de un par de notas. La gente alrededor y los dos solos, girando como si el amanecer no llegara nunca, porque nos tenemos. Y el suelo se hace cielo mientras nos queremos con letras pequeñitas, en susurros para que no se entere nadie de que gritamos mientras nos amamos entre el sudor que inunda cada poro de tu piel. Y entonces no hay edades ni banderas ni distancias, solo sonrisas pícaras que saben lo que quieren y siempre quieren más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario