domingo, 10 de junio de 2012

Inmersión

Cansada de luchar contra las olas marinas, te dejas llevar. La suave corriente te arrastra lentamente hacia las profundidades, y sientes calma a tu alrededor. El agua llena tus oídos, inunda tus pulmones y te empuja hacia la oscuridad. 
No hay nada que ver, nada que escuchar, nada contra lo que poder luchar. La presión te sumerge cada vez más rápido, cada vez más hondo. Los cabellos flotando desordenadamente a tu alrededor, los labios violáceos que no volverán a sentir el calor humano. En la profundidad de aquella sima por fin hallas la tranquilidad que tanto buscaste, y que ha terminado por arrancarte la vida.

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